En la situación actual, vemos
como la iglesia, las órdenes religiosas y la administración pública están
defendiendo los cuerpos de personajes históricos de todas las épocas, desde la
más reciente a la más antigua. Por ejemplo, exhumaron e identificaron 14 monjes
franciscanos de 1611 en Praga y también dedicaron grandes esfuerzos para
intentar identificar los restos de Cervantes. Pero buscar e identificar, entre
otros, a Inés Girón, tía de Isabel y Fernando (los Reyes Católicos) parece que
no les interesaba. Por eso me sorprende el trato que la misma iglesia le está
dando a los personajes que la hicieron rica. Parece que lo único que la mueve
son motivos puramente económicos y de rentabilidad. Todo esto junto a la
desaparición de las obras de arte y el archivo del Convento, implica un daño
histórico, no combatido por ninguna autoridad eclesiástica ni civil, y que es
irreparable para la historia de nuestra querida ciudad.
Todo comenzó con la publicación
en mayo de 2.016 de una noticia que ponía de manifiesto que la Congregación de
las Hermanas Clarisas Descalzas, que habitaban el mismo, anunciaba la venta del
Convento debido a la falta de vocaciones y a la falta de recursos económicos lo
cual les hacía imposible el mantenimiento del Convento y vivir de una forma
digna.
Mi sorpresa ante tal asunto fue
enorme, ya que mi familia es descendiente de la Venerable Doña Marina de
Villaseca (fundadora de este convento, primer Convento de las Clarisas
Descalzas, cuna de la regla primera de Santa Clara, observantes), y sabía
perfectamente que el Convento se fundó con la finalidad de ser casa de perpetua
oración y no para ser el resultado de un enriquecimiento de la Orden.
Por ello mi hijo, actual marqués
de Villaseca, se puso en contacto por vía notarial con la Madre Abadesa el 3 de
Junio de 2016 y le informó de que, según la documentación antigua, las Clarisas
debían permanecer en el Convento y que, en caso de que lo desalojaran, debían
restituir la posesión al Patrono. Todo esto con el fin de que el Convento
pudiera seguir cumpliendo con la finalidad por la cual se fundó, bien con las
propias monjas Clarisas o bien con otras monjas.
También y mediante otra acta
notarial de 9 de junio de 2.016 puso en conocimiento de la Madre Abadesa la
existencia de enterramientos de sus familiares en la Capilla Mayor del Convento.
El 19 de octubre de 2.016 tras
tener conocimiento de que el Convento había sido desalojado de las monjas
Clarisas y que se estaba negociando la venta del mismo para convertirse en un
hotel de cuatro estrellas, requirió, mediante acta notarial a la Reverenda Madre
Superiora, para recordarle de nuevo que su actuación estaba en clara
contraposición con la voluntad de la fundadora y que, de continuar con la venta,
se vería obligado a interponer demanda judicial.
Tras esta última carta remitida
a la Reverenda Madre y tras constatar que no iban a dar marcha atrás en dicha
venta, el 2 de diciembre de 2.016 interpuso demanda civil ante el Juzgado de
Primera Instancia de Córdoba.
En enero de 2.017, llegó al
conocimiento de mi hijo que se habían exhumado todos los enterramientos
existentes en el Convento y se habían incinerado los restos en un tanatorio de
Córdoba.
Pese a que la Madre Abadesa (tanto por el escrito
que le envió mi hijo como por el Archivo del Convento) debía saberperfectamente que allí se encontraban enterrados muchos familiares; pero
nunca pidió consentimiento para tal barbaridad. No llego a entender el
despropósito de tales hechos, la falta de respeto a los difuntos, la rapidez
con la que ha sucedido todo y por qué no se nos ha dado la posibilidad de dar
digno traslado a los restos de personalidades tan notables para la Iglesia como
el Obispo Francisco Pacheco o la propia Fundadora, la Venerable Sor Marina de
Villaseca.
Por estos hechos mi hijo presentó una denuncia
ante el Juzgado de Guardia.
A continuación hago una
transcripción de todo el proceso:
1.- DECLARACIÓN DE LA ABADESA
19/09/17
·
·Reconoce que se
incineran todos los restos existentes en las dos Criptas del Coro Bajo, en
octubre de 2.016, y que allí sólo había restos de monjas.
·Que en el Coro
Bajo no podía enterrarse nadie de fuera del Convento y que si se hubiera
enterrado a alguien de fuera, hubiese sido en la iglesia y ésta no la han
tocado; y que en el caso de que hubiera enterramientos, estos serían de antes
de 1.700. Por tanto, a ella no le consta que en la iglesia se haya hecho algún
desenterramiento.
·Nunca se han
enterrado a personas particulares en el Convento; de haber alguno, es en la
iglesia.
·Que en tiempos de
Napoleón, el convento fue expoliado. Pero ignora si las Criptas fueron vaciadas.
Y que durante la Guerra Civil también sufrió el convento bombardeos.
·Cuando se le
muestran las pruebas que acreditan que de las dos criptas, una se construyó para
las monjas y otra para ser destinada al enterramiento de la familia de los
Aguilarejo, ella contesta que no tiene conocimiento. Que desde siempre todas
las hermanas saben, por tradición oral, que allí solo había restos de monjas.
·Cuando se le
comenta que en el Archivo del Convento deben tener pruebas de que en el Coro
bajo había enterradas personas que no eran monjas, la Abadesa dice que los
archivos del convento quedaron muy mermados por la invasión francesa y la guerra
civil.
·Reconoce también
que en el supuesto de que hubiera enterrados familiares de mi hijo, habría sido
imposible identificarlos.
2.- ARCHIVO DE DILIGENCIAS AUTO
Nº 424 (17 de noviembre de 2.017)
·No
hay un ánimo de ultraje, es decir, realización de actos de contenido
injurioso; y tampoco se puede apreciar profanación, que conlleva una
deshonra o menosprecio realizado directamente sobre el cadáver o sus cenizas.
·En todo caso, hay
que atender a las declaraciones de la Abadesa referentes a la invasión
napoleónica, Guerra Civil y traslado de la monjas Clarisas de Lucena ,(cierre
del Monasterio de Santa Clara de Lucena en 1.970, además de trasladarse al
Convento de Santa Isabel, se trajeron consigo los restos de las hermanas
enterradas en dicho).
·En el caso de que
los hechos fueran punibles, ya estarían prescritos.
·No hay constancia
escrita del último enterramiento en cripta de antepasados de mi hijo (Marqués de
Villaseca).
·Por todo lo
anterior, se decreta el archivo de la diligencias.
3.- RECURSO DE REFORMA (28 de
noviembre de 2.017)
·Pone de manifiesto
que sólo se hace caso a la declaración de la Abadesa.
·No se tienen en
cuenta las pruebas aportadas:
oNumerosos
testamentos de antepasados de mi hijo, en los que se ordena sean enterrados en
el Convento de Santa Isabel de los Ángeles, ostentando derecho de enterramiento
en el mismo.
oTésis de la
investigadora doña Purificación Espejo Calatrava “Estudio Histórico Artístico
del Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba” de 1.985, en el que
consta literalmente “A la entrada de las capillas y en el suelo hoy
de losetas blancas y negras y antaño de losas de piedra, vemos dos lápidas de
mármol blanco, con argollas doradas en los vértices, sin inscripción, y con una
cruz como única decoración, que sirvieron de
enterramiento a caballeros de linaje de Córdoba, que intervinieron como patronos
del convento o como protectores; tal es el caso de los condes de
Priego y los señores de Aguilarejo”
oTestamento de
Diego de Cárcamo de 1.576, donde se hace una descripción de la Cripta de su
enterramiento con una clara distinción de dónde se enterraba su familia y dónde
las monjas (págs. 3 y 4): “mando que mi cuerpo sea
sepultado en el Monesterio de Santa Ysabel de los Angeles en una
sepultura que allí me fuere señalada por la madre // abadesa del dicho
Monesterio con que sea la sepultura donde estan los cuerpos del dicho don
Fernando de Carcamo mi señor por que ni vi e mostados que abierta de mi hazienda
se haga sepultura hueca dentro del coro del dicho Monesterio por la orden y
forma y de la manera que a mis albaceas pareciere en el quel entierro quyero que
se pase el cuerpo del dicho don Fernando mi señor e de mis aguelos que allí
enterrados y el mio el qual dicho entierro hueco que anse hiziere sea grande
para que en el se hagan dos apartamientos el uno para
las señoras monjas del dicho Monesterio y el otro para mi e para los dichos mis
padres e aguelos e para los subcesores en mi mayoradgo sin licencia
de los quales no se pueda enterrar otra persona en el dicho entierro no enbargue
que sea de mi linaje y al tiempo de mi fallecimiento me vistan el abito del
bienaventurado Sant Francisco porque es mi voluntad de morir en el por ganar
sus santos perdones e yndulgencias.”
oObra de Teodomiro
Ramírez de Arellano, en “Paseos por Córdoba” (1873-1877) Ed. de la Red
Municipal de Bibliotecas de Córdoba, 2017, en las páginas 201-202: “En
esta iglesia tienen enterramiento, además de los Marqueses de Villaseca,
como ya hemos anotado, los del Carpio, en cuyo hueco yace la Señora D.ª Inés
Giron, mujer de D. Francisco Enriquez y Dama de Isabel la Católica: los
Marqueses de Almunia, por lo que se enterró allí el Obispo de Córdoba D.
Francisco Pacheco, que pertenecia a esta familia, y los Marqueses de Guadalcázar,
en representación de los Cárcamos, Señores de Aguilarejo;
este enterramiento ofrece la particularidad de estar en el coro bajo, o sea
dentro de la clausura, la que era preciso quebrantar cada vez que debía
sepultarse algún cadáver de aquella familia”.
oEn el informe
técnico de octubre de 2.016, que forma parte del expediente para la Declaración
BIC del convento, consta lo siguiente “Bajo el coro
bajo se halla el enterramiento de la familia de los Villaseca”
·Las exhumaciones
se han hecho sin identificar los restos, ni diferenciarlos en su incineración y
en la segunda cripta había algunas maderas de cajas funerarias muy deshechas que
evidentemente no podían pertenecer a monjas.
·Durante los
saqueos de la Guerra Napoleónica y bombardeos de la Guerra Civil, la Abadesa
reconoce no saber si se vieron afectados los enterramientos. De hecho, tanto en
el informe previo de un arquitecto como en el informe BIC, no se recoge daño
alguno en las Criptas.
·No se practican
las diligencias de prueba propuestas:
oNo se contesta
debidamente el oficio remitido al ayuntamiento, para que informe del
procedimiento establecido para la apertura de enterramientos y exhumación de
restos pertenecientes al período comprendido entre el siglo XV y siglo XVIII.
oNo se practica
oficio sobre el mismo extremo anterior, dirigido a la Consejería de Cultura de
la Junta de Andalucía.
oTampoco se libran
oficios para el Jefe de Arqueología del Ayuntamiento de Córdoba y la persona
responsable de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía para ser
preguntados sobre la posibilidad de identificar debidamente los restos, y del
procedimiento para la extracción de cuerpos de yacimientos arqueológicos.
oNo se practican
varias testificales.
·El delito sería la
exhumación y no el enterramiento, por lo que no existe prescripción, ya que la
fecha a tener en cuenta sería la de la exhumación de octubre de 2.016.
4.- DESESTIMACIÓN DEL RECURSO DE
REFORMA (22 de enero de 2.018)
·Afirman que no se
está ante un delito contra el patrimonio histórico, ya que debería haberse
producido alguna de las conductas siguientes:
oDerribar o alterar
edificios singularmente protegidos.
oCausar daños en
archivo, registro, museo, biblioteca, centro docente, gabinete científico,
institución análoga o en bienes de valor histórico, artístico, científico,
cultural o monumental, así como en yacimientos arqueológicos.
·Que no se aprecia
delito contra los restos de las personas enterradas, ya que habría sido
necesario para ello:
oConocimiento de
que el objeto de profanación es un cadáver o sus restos; y
oConocimiento de
que con dicho acto se falta el debido respeto a la memoria de los muertos
·Que al tratarse de
restos de tanta antigüedad no es necesario ninguna autorización o licencia
especial, y por lo tanto, el procedimiento seguido para la exhumación y
posterior cremación de los mismos se ha realizado según el procedimiento
habitual para estos casos.
·Que entre los
restos encontrados en las criptas no había ni arcas ni siquiera vestigios de
ropa o tela.
·Que no existe
indefensión por no practicar todas las pruebas o diligencias, ya que esto lo
decide el Juzgado, según lo estima oportuno para el proceso.
·Que todos los
testamentos aportados anteriores a la Ley de Notariado de 1862 no hacen prueba
de su contenido, tratándose de simples documentos históricos, los cuales no
tienen valor como documentos auténticos fuera del histórico.
5.- RECURSO DE APELACIÓN (5 de
febrero de 2.018)
·Que no se explica
por qué no se considera daño a bienes de valor histórico o yacimiento
arqueológico el hecho acreditado de la extracción de cuerpos y cajas sin
identificar ni antes ni después de su incineración.
·Que todos los que
intervinieron sabían que iban a exhumar cadáveres, luego tenían conocimiento.
·Que el mero hecho
de extraer cadáveres sin identificarlos, separadamente del lugar donde tenían
derecho a permanecer enterrados, incinerarlos todos juntos y trasladarlos de su
emplazamiento originario, sin el conocimiento siquiera de sus familiares, nos
parece suficiente falta de respeto a su memoria.
·Si todos los
restos exhumados eran irreconocibles, ¿por qué se asegura que sólo pertenecían a
monjas?
·Se dice que el
lugar en el que estaban los enterramientos (Criptas del Coro Bajo) era destinado
exclusivamente al enterramiento de las monjas. Pero no se aporta ninguna prueba
arqueológica ni histórica que demuestre este hecho.
·No se entiende
dejar sin efecto alguno toda la prueba documental aportada, la cual demuestra
que entre los restos podía haber algún pariente de mi familia.
·Respecto a la no
práctica de las diligencias interesadas, cabe esperar que, aunque no se
practiquen todas, si existe el derecho a que se haga alguna investigación, y no
sólo admitir la declaración de la Abadesa sin cuestionar en ningún momento su
veracidad.
6.- DESESTIMACIÓN RECURSO DE
APELACIÓN (26 de enero e 2.018)
·No se aprecia
delito, ya que para que esto suceda es necesario que todo el proceso se haga con
un móvil profanador, con tendencia al menosprecio a la memoria de los muertos, y
esto no se acredita suficientemente con el mero traslado o remoción de cadáveres
y restos humanos.
·Además la Abadesa
no tenía cabal conocimiento de la identidad de los fallecidos y enterrados en
las Criptas, sólo sabía que eran monjas.
·El resto de
pruebas referentes a documentos históricos sobre enterramientos en el Convento,
con sus avatares y expolios no son suficientes para apreciar el dolo necesario
para la comisión del delito.
Reflexión Final
Sobre el archivo final de este
caso, aun cuando lo respetamos profundamente, nos ha dejado muchísimas dudas.
Nos sorprende, cuando menos, que
si la Congregación sabía que sólo eran monjas, que se llame a un arquitecto
(inexperto en identificación de restos humanos o históricos) para que acreditara
dicha cuestión. Algo de duda tendría.
La Abadesa tiene a su
disposición un Archivo en el Convento que permitiría aclarar muchas cosas,
aunque, como es lógico, no se ha podido tener acceso por nuestra familia. Sólo
con su consulta se habría podido saber quién estaba enterrado allí. Ahora bien,
como el archivo ha sido trasladado sin ningún control a Badajoz, puede ser que
en el traslado se hayan perdido documentos.
Es fácil, simplemente con
preguntar a cualquier historiador de Córdoba, enumerar las distintas familias
enterradas en los distintos conventos, pero es más fácil obviar estos asuntos
para no tener que actuar conforme al decoro que se les espera a los miembros de
la iglesia en la custodia de las personas enterradas en sus distintos templos y
conventos.
Desde un punto de vista
histórico no sé cómo le sentará a la Diócesis de Málaga conocer que, tras la
exhumación realizada en el Convento, no se sabe dónde se encuentra el Obispo
Francisco Pacheco de Córdoba o si lo han quemado “porque era una monja”. El rey
Felipe II lo presentó en 1587 como obispo de Córdoba, donde se fue el 23 de
abril, y falleció el día 2 de Octubre de 1590, siendo enterrado en el Convento
de Santa Isabel. O la desaparición de los restos del fundador de las
caballerizas Reales D. Diego López de Haro y Sotomayor, la aya de Felipe II,
Inés Giron (tía de Fernando el Católico), o la propia Sor Marina de Villaseca,
restauradora de la primera Orden de Santa Clara y que consiguió recuperar los
patronatos femeninos, con los consiguientes enfrentamientos con los observantes
de Córdoba. Todas y todos ellos parece ser que no son personas relevantes en la
historia de Córdoba. Esta pérdida, como ejemplo entre muchas otras, ya es
irreparable.
Me sorprende así mismo, que no
sea un ilícito penal contra el Patrimonio, ya que hay suficientes pruebas
históricas que demuestran el enterramiento de innumerables personajes históricos
y que no tenga mayor importancia, cuando en el caso de Cervantes se dedicó un
gran esfuerzo en identificar sus restos (que se sabían estaban en el Convento de
los Trinitarias Descalzas de Madrid), aún cuando al final no se pudieron
identificar claramente; O todos los esfuerzos materiales y económicos dedicados
a los Cementerios musulmanes descubiertos en Córdoba, aún cuando no se podían
identificar los restos humanos, pero que sí se extrajeron y se documentaron.
La Abadesa estaba avisada por el
Delegado de Cultura un mes antes, y un mes después encargó la incineración de
los cuerpos. Si no los hubiera incinerado ¿qué le habría pasado a la empresa que
compra el Convento? Que se encuentra un expediente BIC en el que ya no puede
tocar los cuerpos. Todo apunta a que todo se hizo, incluido el sacar todas las
obras de arte, teniendo ya conocimiento por parte del Convento por el Delegado
de Cultura de Córdoba que se iba a incoar un expediente BIC, circunstancia que
habría complicado mucho la venta del convento para un hotel. En caso de que
hubieran estado tanto los enterramientos como las obras de arte e históricas,
creemos que difícilmente se hubiera permitido hacer un hotel.
Ha resultado que todas las
pruebas presentadas, muchas más de las que se presentan en otros casos, que
demuestran el enterramiento de numerosas personas ilustres, no han sido
suficientes por considerarse como meros documentos históricos, a los que, por el
sólo transcurso del tiempo, se les priva de validez y eficacia probatoria,
debido a unos supuestos avatares y expolios que en todo el tiempo transcurrido
han podido influir (mera especulación ya que no se aporta una sola prueba que
demuestre este extremo).
De todas las pruebas
solicitadas, la única que se ha practicado en las diligencias, decía en 1986,
que las criptas correspondían a enterramientos de los caballeros de linaje de
Córdoba, como es el caso de los condes de Priego y los señores de Aguilarejo,
recogida en la tesis de Purificación Espejo Calatrava, no habiéndose realizado
ningún otro tipo de prueba, porque no se ha considerado oportuno.
El argumento de que “no se ha
realizado con un móvil profanador con tendencia al menosprecio”, creemos que no
es aplicable a este caso: sí se ha faltado al respeto, ya que conociendo (ya que
tienen un archivo que lo demuestra) que allí había más que monjas, y teniendo un
móvil crematista, les llevó a profanar los restos sin identificar (con mucha
prisa), creemos que al objeto de poder vender el inmueble. Se podía haber dado
un traslado digno de estas personas a otra sepultura.
Se ha dado por supuesta en todo
momento la veracidad de todas las declaraciones realizadas por la Abadesa, sin
cuestionar nada, y sin necesidad de prueba alguna por su parte. Sorprendente se
mire por donde se mire, ya que actualmente ni la Iglesia ni sus miembros son
autoridad pública.
También me sorprende que según
el Vaticano, las cenizas de los difuntos no se pueden esparcir, dividir o estar
en casa.
Desde el punto de vista cristiano, y siguiendo la
doctrina del Vaticano sobre incineraciones, el haber hecho una cremación sin
identificar los restos, y sin separar unos de otros, está en contra de las
instrucciones de la Santa Sede.
“Mantener las cenizas unidas puede ayudar a reducir el
riesgo de sustraer a los difuntos de la oración y el recuerdo de los familiares
y de la comunidad cristiana, dice la instrucción”
“Así además se evita la posibilidad de olvido, falta
de respeto y malos tratos que pueden sobrevenir sobre todos, pasada la primera
generación, así como prácticas supersticiosas”.
En este caso, no se ha cumplido
ni lo que la propia Iglesia manda sobre las personas enterradas en sus templos,
cayendo en los malos tratos, en los que se habla en la instrucción.
Aunque volvemos a decir que
respetamos la sentencia dictada en el procedimiento no la creemos en absoluto
acertada. Creemos que esta sentencia abre una puerta que podrá permitir, por la
vía de alegación en procedimientos similares, que restos de personajes
históricos de toda España desaparezcan sin identificación sin más. No es
necesario recordar la tan larga, profusa y preciosa historia de España para
saber que en este sentido es uno de los países más ricos de Europa y que la
puerta abierta va a permitir que se vuelvan a realizar exhumaciones de forma
totalmente gratuita perdiéndose un legado histórico imposible de recuperar
después.
Todos tenemos la obligación de
proteger nuestro patrimonio histórico, desde los propios familiares interesados,
pasando por la Judicatura, las Instituciones Públicas como Ayuntamientos,
Diputaciones y las propias Comunidades Autónomas, y llegando en este caso hasta
la Iglesia. No debemos olvidar la estrechísima relación que ha habido siempre
entre la Iglesia Católica y la Historia. La Iglesia es Historia y la Historia es
Iglesia. Y es este caso concentro, y en el centro de las dos, nuestra querida
Córdoba.
Tras consultar diversos archivos
históricos, he podido localizar una lista de diversos personajes históricos que
fueron enterrados en el Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba, y
que debido a su gran importancia en la historia de Córdoba y de España, me he
permitido recoger en la siguiente lista con una breve reseña descriptiva, para
que siempre sean recordados mas no olvidados, ya que actualmente han sido
incinerados conjuntamente y sin identificar por la monjas de dicho Convento,
como acto previo y necesario para poder proceder a la venta del Convento y su
posterior reconversión en un Hotel de cuatro estrellas.
Mi familia ha intentado que esto
no suceda, pero los tribunales no nos han dado la razón, alegando que las
pruebas históricas que hemos aportado de la existencia de dichos enterramientos
en el Convento, no son suficientes, ya que en cualquier caso se trataría de un
tema civil y nunca de carácter penal.
CASA VILLASECA (En la Capilla
Mayor)
Venerable Dª MARINA DE VILLASECA,
Fundadora del Convento.
Dª MARINA DE VILLASECA Y GUZMÁN,
3ª Sra. de Villaseca, sobrina de la Fundadora descendiente de los conquistadores
de Baeza y Córdoba. Enterrada en el Convento de Santa Isabel de los Ángeles de
Córdoba.
D. BERNARDINO FERNÁNDEZ DE
CÓRDOBA Y FIGUEROA,
marido de la anterior. Fue 3º Sr. de Fuencubierta, 24 de Córdoba, descendiente
directo de Nuño Fernández Sr. de Témez y Chantada, Conquistador de Córdoba y
Sevilla. Enterrado en el Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba.
D. GOMEZ SUAREZ DE FIGUEROA Y
CÓRDOBA, 4º
Sr. de Villaseca, hijo de los anteriores. Fue 4º Sr. de Fuencubierta,
Veinticuatro de Granada. Obtuvo la jurisdicción civil y criminal de Villaseca
por merced de la Princesa Dª Juana de Portugal en nombre de su hermano D. Felipe
II. Se mandó enterrar en la Capilla Mayor de Santa Isabel de los Ángeles al lado
de sus padres, como de Patronato suyo por la Casa de Villaseca.
Dª LUCRECIA MESSÍA DE ALARCÓN,
2ª mujer del anterior. Fue hija del Sr. de Villanueva y la Higueruela,
Comendador de la Orden de Santiago y Gobernador del Campo de Montiel, 24 de
aquella ciudad. Enterrada en el Convento de Santa Isabel de los Ángeles de
Córdoba.
D. LUIS GÓMEZ DE FIGUEROA Y
CÓRDOBA, 5º
Sr. de Villaseca, hijo de los anteriores. También Sr. de Fuencubierta,
Veinticuatro de Córdoba, Caballero de la Orden de Santiago. El Convento de Santa
Isabel de los Angeles ratificó en su favor y de sus descendientes y sucesores
perpetuamente el Patronato del Convento y su Capilla Mayor. D. Luis se mandó
enterrar en Santa Isabel con sus padres y abuelos.
Dª MARÍA DE GUZMÁN Y ARGOTE,
mujer del anterior. Hija de D. Diego Fernández de Argote "El Viejo", 24 de
Córdoba, Gobernador y Capitán General del Reino de Murcia y Adelantado Mayor de
su Frontera. Se mandó enterrar con su marido en la Capilla Mayor de Santa
Isabel.
D. GOME SUÁREZ DE FIGUEROA Y
VILLASECA, 6º
Sr. de Villaseca. También Sr. de Fuencubierta, 24 de Córdoba, Gentilhombre de
Boca del Rey, Caballero y Visitador General de la Orden de Calatrava. Mató en
duelo a D. Rodrigo Fernández de Córdoba y Figueroa, hijo del Sr. de Torres
Cabrera, por cuya muerte el Consejo de Ordenes le condenó a 8.000 Ducados de
multa y 8 años de destierro de todo el Reino (los primeros 4 en Orán con su
persona y dos lanzas a su costa) y a otros 8 años de destierro de Córdoba y su
jurisdicción además de otras graves penas. Después, de acuerdo con las
costumbres de la época y por concordia con la viuda y otros parientes del
difunto, contrajo matrimonio con la hija de D. Rodrigo. En su testamento declaró
sus tres matrimonios y se mandó enterrar con sus mayores en su Panteón del
Convento de Santa Isabel de los Ángeles.
Dª MARINA DE FIGUEROA,
2ª esposa del anterior. En su testamento se manda enterrar en la Capilla Mayor
del convento de Santa Isabel de los Ángeles.
D. LUIS GÓMEZ BERNARDO FDEZ DE
CÓRDOBA FIGUEROA Y VILLASECA, 7º Sr. de Villaseca También fue Sr. de Fuencubierta, 24 de
Córdoba y Caballero de Calatrava. En su testamento se mandó enterrar en la
Capilla Mayor de su Convento de Santa Isabel de los Ángeles.
Dª ISABEL FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA Y
GUZMÁN, su
mujer y prima. Hija del 7º Sr. de Belmonte y Moratalla. Alférez Mayor y 24 de
Córdoba, Caballero de Santiago. En su testamento se mandó enterrar en el
Convento de Santa Isabel de los Ángeles.
D. GOMEZ LUIS FERNÁNDEZ DE
CÓRDOBA FIGUEROA Y VILLASECA, 8º Sr. y 1º Marqués de Villaseca. También fue Sr. de
Fuencubierta y Caballero de Alcántara. Recibió el título de Marqués de Villaseca
en atención a los servicios de sus antepasados, y los suyos propios con ocasión
del desembarco anglo-holandés en las costas de Andalucía en 1702 durante la
guerra de Sucesión. En su testamento (por poder) se manda enterrar en la Capilla
Mayor de Santa Isabel de los Ángeles.
Dª CONCEPCIÓN FERNÁNDEZ DE
ARGOTE Y FIGUEROA,
su mujer. Sra. de Villarrubia e hija del 16º Sr. de Cabriñana, Caballero de
Santiago. Enterrada en el Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba.
SEÑORES DE ARMUÑA (Enterrados en
el Altar del lado de la Epístola en el coro bajo)
Dª INÉS GIRÓN,
prima de D Catalina Pacheco. Dama de Isabel la Católica, hija de D. Pedro Girón,
Maestre de Calatrava, 1º Sr. de Ureña, que era hermano de D. Juan Pacheco (padre
de Dª Catalina). Era viuda de D. Francisco Enriquez de Quiñones, hermano de la
Reina Dª Juana y por ello tío del Rey Católico. Se retiró al Monasterio de Santa
Isabel de los Ángeles donde testó y mandó ser enterrada en el Convento de Santa
Isabel de los Ángeles de Córdoba.
Dª CATALINA PACHECO,
hija de Juan Pacheco, 1º Marques de Villena, Rico-Hombre de Castilla, valido de
Enrique IV y estuvo casada con D. Alonso de Córdoba "El Grande", 6º Sr. de
Aguilar, Rico-Hombre de Castilla que murió en 1501 sofocando la rebelión
mozárabe en Sierra Bermeja. D. Alfonso era hermano de "El Gran Capitán". Mandó
que la sepultaran en el Convento de Santa Isabel de los Ángeles donde mandó
hacer un altar con retablo, un sepulcro delante del altar y una reja a manera de
capilla.
D. FRANCISCO PACHECO DE CÓRDOBA,
su hijo, 2º Sr. de Armuña, Caballero de Santiago, 24 de Córdoba, Alcaide de
Hornachuelos y Castro el Viejo. En su testamento fundó dos capellanías en del
Monasterio de Santa Isabel de los Ángeles y se mandó enterrar en el Coro del
Monasterio donde yacía su madre.
Dª MARÍA FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA,
esposa del anterior, hija del 3º Conde de Cabra, Grande de Castilla, Gobernador
de la Monarquía. Una vez viuda fue elegida por Carlos V como Guarda-Mayor de las
Damas de Palacio y fue Aya del Príncipe Felipe (Felipe II). Enterrada en Santa
Isabel según consta en el testamento de su hijo D. Alfonso.
D. ALFONSO FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA,
3º Sr. de Armuña, Caballero de Santiago, 24 de Córdoba, Embajador de Carlos V en
Inglaterra, Alcaide de Hornachuelos y que sirvió en las guerras de Flandes. Sin
hijos. Se mandó enterrar en el Coro del Monasterio de Santa Isabel de los
Ángeles, en su panteón, donde yacían sus padres.
D. FRANCISCO PACHECO,
hermano del anterior, Obispo de Málaga y de Córdoba, del Consejo de Su Majestad,
uno de los Prelados más esclarecidos de su época. Fue enterrado en Santa Isabel
de los Ángeles al lado de sus padres dejando fundadas dos capellanías en él.
Murió de una virulenta afección.
Dª FRANCISCA DE ZUÑIGA,
hermana del anterior. Monja profesa en Santa Isabel de los Ángeles. Enterrada en
el Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba.
Dª ELVIRA DE JESÚS,
hermana del anterior Monja profesa en Santa Isabel de los Ángeles. Enterrada en
el Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba.
D. DIEGO FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA
4º Sr. de Armuña, Caballero de Calatrava 24 de Córdoba, Comendador Mayor de
Castilla, Caballerizo Mayor de Felipe II y Felipe III. Acompañó a Felipe II en
su viaje a Inglaterra para casarse con María Tudor, participó en la Batalla de
San Quintín y en la campaña de Portugal. Mandó que trasladaran su cadáver al
entierro de su familia en el Coro del Convento de Santa Isabel de los Ángeles.
HARO (CASA DEL CARPIO)
D. DIEGO DE HARO SOTOMAYOR,
Descendiente de los Señores e Vizcaya y de los Marqueses del Carpio, Sr. De
Sorbas y Lubrin, Comendador de Belmez de la Orden de Calatrava, Gentilhombre de
la Casa Real, Caballerizo Mayor y fundador de Las Reales Caballerizas de
Córdoba. Estuvo casado con Dª María de Guzmán y Manuel. Recibió sepultura en el
enterramiento de sus antepasados en el Monasterio de Santa Isabel de los
Ángeles.
Dª ALDONZA DE HARO,
su hermana. Estuvo casada con el 11º Sr. de Aguilarejo y se mandó enterrar junto
a su marido y a su hijo D. Diego en la sepultura de los Sres. de Aguilarejo de
Santa Isabel de los Ángeles.
Dª GREGORIA, Dª BEATRIZ, Dª
ISABEL, Dª ANTONIA, Dª FRANCISCA, Dª MARIA DE SAN LUIS, Dª MAGDALENA DE JESÚS y
Dª JUANA DE LOS REYES, todas ellas hermanas de la anterior. Monjas profesas
en Santa Isabel de los Ángeles. Enterradas en el Convento de Santa Isabel de
los Ángeles de Córdoba.
D. JUAN DE HARO,
hijo de doña Aldonza de Haro, Caballero de Santiago. Caballerizo Mayor de Las
Reales Caballerizas de Córdoba. Mandó ser enterrado en la sepultura familiar del
monasterio de Santa Isabel de los Ángeles.
Dª ANTONIA, Dª GREGORIA y Dª
MARÍA,
hermanas del anterior. Monjas profesas en Santa Isabel de los Ángeles.
Enterradas en el Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba.
CASA DE LOS AGUILAREJO
D. ALONSO IÑÍGUEZ DE CÁRCAMO,
9º Sr. de Aguilarejo. Hijo de Fernán de Cárcamo, 8º Sr. De Aguilarejo y 24 de
Córdoba que hizo grandes servicios a Enrique IV y a los Reyes Católicos. Estuvo
casado con Dª Aldonza de Angulo 1ª Señora de Alizné. Se mandó enterrar en el
Monasterio de Santa Isabel de Los Ángeles de Córdoba.
D. FERNANDO DE CÁRCAMO,
nieto del anterior, 11º Sr. de Aguilarejo. Fue uno de los Capitanes más
valientes y famosos de su tiempo. En 1558 participó como Maestre de Campo en la
jornada de Argel. Casó con Dª Aldonza de Haro de quien tuvo dos hijos: D. Diego
que murió joven y D Alonso, 12º Sr. De Aguilarejo, que sirvió a Felipe II a su
costa en las galeras de España. Pasó a Italia con D. Juan de Austria y se halló
en la batalla de Lepanto y en Túnez. Sirvió en empleos políticos por más de 20
años y fue dos veces Corregidor de Toledo. Se enterró en Santa Isabel de los
Ángeles, según consta en el testamento de su mujer.
Dª ALDONZA DE HARO
esposa del 11º Sr. de Aguilarejo. Fue hija de D. Diego López de Haro y
Sotomayor, Comendador de Belmez y de Dª Antonia Guzmán, Sra. de La Higuera. Se
mandó enterrar en el Monasterio de Santa Isabel de Los Angeles de Córdoba con su
marido e hijo (D. Diego).
D. DIEGO DE CÁRCAMO,
hijo de los anteriores. Falleció joven y dejó heredera a su madre Dª Aldonza de
Haro. Se mandó enterrar en el Monasterio de Santa Isabel de Los Ángeles de
Córdoba.
Dª LUISA FERNÁNDEZ DE MESA Y
SOUSA, hija de
Dª Ana María de Sousa y Cárcamo y sobrina del 16º Sr. De Aguilarejo. Monja en
Santa Isabel de los Ángeles. Enterrada en el Convento de Santa Isabel de los
Ángeles de Córdoba.
Dª LEONOR FERNÁNDEZ DE MESA Y
SOUSA, hija de
Dª Ana María de Sousa y Cárcamo y sobrina del 16º Sr. De Aguilarejo. Monja en
Santa Isabel de los Ángeles. Enterrada en el Convento de Santa Isabel de los
Ángeles de Córdoba.
SEÑORES DE BELMONTE (en el Coro,
en sepultura terriza a la mano derecha junto a la de D. Francisco Pacheco)
D. FERNANDO ALFONSO DE CÓRDOBA,
3º Sr. de Belmonte. Llamado así en memoria de su abuelo el famoso D. Fernando
Alfonso Fernández de Córdoba "el Veinticuatro" que mató a los Comendadores. Fue
Señor de Belmonte, Herrera de los Palacios, Añora del Cojo, Mezquitiel, y otros.
Paje de la Reina Dª Juana "La Loca", Veinticuatro de Córdoba, Alcaide de Montoro,
Patrono del Colegio de las Ciencias, etc. Estuvo casado con Dª Inés de Guzmán y
Herrera, hija del Sr. De Pradenilla, prima-hermana del "Gran Capitán" y de la 1ª
Duquesa de Frías, hermana de D. Fernando de Herrera, Obispo de Gaeta. Enterrado
en Santa Isabel según Licencia y Testamento de su hijo.
Dª
CATALINA FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA (ENRÍQUEZ), hija del 3º Sr. De Belmonte. Enterrada en el Convento de Santa Isabel de
los Ángeles de Córdoba.
D. ANTONIO FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA,
4º Sr. de Belmonte. Se llamó así en memoria de su abuelo D. Antonio Fernández de
Córdoba "El Capitán", 24 de Córdoba, Alcaide de Montoro, Capitán de los hombres
de armas de los Reyes Católicos. Fue Señor de Belmonte, Herrera de los Palacios,
Añora del Cojo, Mezquitiel, y otros. En testamento mandó que le sepultaran en su
entierro del Monasterio de Santa Isabel de los Ángeles donde estaba su padre.
Dª MARÍA FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA Y
FIGUEROA, su
mujer. Hija del 4º Sr. De Villaseca, Patrono del Convento de Santa Isabel de los
Ángeles. Enterrada en el Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba.
D. ANTONIO FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA
Y FIGUEROA,
hijo del 4º Sr. De Belmonte. Enterrado en Santa Isabel según Licencia.
D. PEDRO FERNÁNDEZ DE CÓRDOBA,
hijo del 4º Sr. Belmonte. Enterrado en Santa Isabel según Licencia.
Dª JUANA CARRILLO,
hija del 4º Sr. De Belmonte. Monja en Santa Isabel de los Ángeles. Enterrada en
el Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba.
Dª LUISA MARÍA VENEGAS DE
CÓRDOBA, nieta
del 4º Sr. De Belmonte. Monja en Santa Isabel de los Ángeles. Enterrada en el
Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba.
Dª JUANA CARRILLO VENEGAS nieta del 4º Sr. De Belmonte. Monja en Santa Isabel de los
Ángeles. Enterrada en el Convento de Santa Isabel de los Ángeles de Córdoba.